Catadores, protagonistas del concurso mundial de licores “Spirits Selection”
Desde 21 diferentes países han llegado hasta el confín del mundo a brindar sus opiniones expertas y, además, a conocer la tierra de donde mana el pisco chileno. Son pieza fundamental en esta competencia internacional, que se realiza durante la presente semana en la Región de Coquimbo.
El certamen internacional “Spirits Selection by Concours Mondial de Bruxelles”, que este año recaló por primera vez en Chile, se encuentra en pleno desarrollo. Un total de 1.158 muestras de licores, venidos desde 48 países, participan en una competencia que es considerada como la más exigente del mundo en la materia.
Una selección de 65 catadores –provenientes de países tan diversos como Argentina, India, Malasia o Bulgaria–, son los encargados de evaluar las muestras en maratónicas jornadas de cata, en las cuales cada uno de ellos debe probar unas 40 bebidas, calificándolas mediante un elaborado sistema de notas, a partir del cual se define a los tres mejores por categoría y subcategoría de productos, calificándolos con Medalla de Plata, Medalla de Oro y Medalla Gran Oro.
Estos catadores son elegidos cuidadosamente por el Concurso Mundial de Bruselas (CMB). Entre ellos hay enólogos, cocteleros, periodistas especializados y personeros de la industria de los destilados; profesionales que recorren el mundo en eventos de este tipo.
El catador Carlos Borboa es mexicano. Lleva cuatro años consecutivos como juez del Spirits Selection, y siete años catando en el Mundial de Vinos. Le preguntamos qué características hacen especial a este certamen:
“Es uno de los concursos más rigurosos que he visto en mi vida. Yo tengo la fortuna de participar en catas y concursos en todo el mundo y diría que el CMB tiene, primero, mucha objetividad: todas las catas se realizan totalmente a ciegas, los jueces no tienen ni idea de qué es lo que están catando, más que la materia prima primordial de cada producto. Segundo, la transparencia, un control riguroso en el manejo de los destilados y controles de calidad totales; para ser un juez en este concurso necesitas tener una trayectoria bastante seria, te hacen un seguimiento estadístico a todo lo que catas, todo lo que pones en las hojas de evaluación se va a saber por la organización, y esto es fundamental, porque sólo así puedes garantizar que la gente que está viniendo a catar tiene la capacidad para hacerlo. Y por último, el seguimiento; un producto que gana una medalla en el CMB no se queda ahí, en seis meses se toman estos productos en el mercado aleatoriamente y se evalúan de nuevo, se verifica que es el mismo. Aquí una medalla es que has logrado algo importante por la calidad de tus productos”.
El italiano Emmanuelle Broccatelli ejerce por primera vez como catador en esta competencia. Es un bartender muy conocido en su país, en donde trabaja también como consultor para restaurantes y empresas de importaciones, además de asistir a degustaciones y eventos del ramo en Europa y América del Norte. Le consultamos qué opina sobre el pisco chileno, ahora que ha tenido la oportunidad de probarlo en toda su diversidad:
“Me gusta el pisco porque se parece al destilado nacional de Italia, la grappa, en que es un producto de uva. Desde ahí se diferencia completamente, porque es muy aromático, muy redondo, a diferencia de la grappa, que es muy seca. El pisco me encantó. Cuando lo empecé a probar, es totalmente diferente a como lo he tomado en Italia. Me encantó porque hay toda la diferencia de la uva, de la producción, del hombre que está produciéndolo, el alma del productor”.
Las jornadas de cata se extenderán hasta este jueves. En paralelo, los jueces y los integrantes de la organización han disfrutado de recorridos guiados por los valles de Elqui y Limarí, en donde están conociendo los campos y plantas pisqueras.