Jesús Todemun: “Hubo una época muy oscura en el país para todos los artistas y mucho retraso cultural “
El autor de Crónicas Mang destaca cómo ha ido consolidando una carrera que lo ha llevado al extranjero
Jesús Todemun (31) es serenense y estudió en el colegio Andrés Bello Centro, sin embargo, debió emigrar porque en la zona no estaban las oportunidades para estudiar lo que él buscaba: Cine. “En La Serena no hay escuelas de cines, tampoco de artes, menos hablar de literatura. Entonces, uno cuando tiene que buscar una frontera artística real hay que salir del norte y hay que buscar en Santiago, que es una ciudad horrenda, pero finalmente llego a Valparaíso donde hay muchas más perspectivas”.
El evento literario es financiado por el Fondo del Libro convocatoria 2021 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
En la 36º Feria del Libro del Libro de La Serena desarrolló un taller de narrativa y guión y, además, presentó su libro Crónicas Mang donde se explayó con más detalle sobre esta temática.
En la Universidad de Valparaíso estudió Cine, mientras que en la Universidad de Playa Ancha cursó pedagogía. Confiesa que su acercamiento con este arte lo define como complicado luego que no le fue fácil y cita como ejemplo lo complejo que fue vincularse al grupo de teatro, a pesar que su interés no iba por la actuación. “Yo soy creador, guionista, pero no actor, por lo que era muy difícil tener una perspectiva completa de este mundo literario que en esta zona es muy sesgado y celoso. Suena difícil decir todo esto, pero eso es lo que tenemos en La Serena. Soy un escritor que ha sido publicado en más de un país y he estado en las ferias internacionales más grandes como España, Guadalajara en México, pero en La Serena no salgo en ninguna pancarta. Soy un autor que ha hecho un camino largo y me pone triste que el reconocimiento a un autor local es la soledad”.
¿Durante su ponencia reconoció que estaba cansado que la temática del universo sólo se supeditaba a los seres mitológicos?
“Me quería desprender de la ficción chilena, aunque no culpo a ningún autor nacional, porque en nuestro país se dio que en cierta época muy oscura para todos nosotros los artistas hubo mucho retraso cultural. El mejor rock son Los Prisioneros, no tengo nada contra ellos, pero son nuestros mejores exponentes y eso es súper ligero y fue lo que pudieron hacer dentro de lo que intentaron luchar. Tenemos un retroceso muy grande de artistas y arte en general y solamente podíamos ver una ciencia ficción completamente neutra y acorde a los marcianos y los entiendo, porque vivir con el miedo de querer escribir algo que el mandamás se muriera, era algo complicado”.
¿Cómo llega a la temática de sus publicaciones?
“El género punk tiene la gracia que son muy humanos, son historias que siempre terminan con finales anticlimáticos. Sucede lo que debe ocurrir, pero eso no significa que es un final feliz. Es la vida misma. Ahora, el concepto en literatura del género punk es distinta a la música, donde es más contestatario y en la moda es algo bastante más estrambótica”.
Ante el éxito de su presentación, se advierte que los jóvenes se interesan bastante en este género…
“Siempre digo que si se quiere elaborar un libro como hobbies que no lo haga porque es un trabajo arduo, agotador, pero si te quieres dedicar a esto no dudes y haz el esfuerzo”.
LA IMPORTANCIA DE LA ILUSTRACIÓN
¿Le hubiese gustado ser ilustrador, luego que en el taller admitía que los dibujos no eran su fuerte?
“Indudablemente, pero yo estudié cine y lo mío es lo audiovisual, pero no tengo esa capacidad, puedo sacar una foto, estudié fotografía dentro de lo que me dio el cine, pero no se me dio lo del dibujo. Hubiese sentido una persona completa si hubiera sabido ilustrar”.
¿Cuánto lo hace la narración y la ilustración?
“Siempre trato de no abusar mucho de la ilustración, están en las portadas que son preciosas y el último libro es ilustrado por Animared, aunque los demás textos no tienen ilustraciones por lo mismo, para que las personas puedan imaginar sus mundos. De hecho, mis libros tienden a tener poca descripción en general. Describo detalles que quería que se supieran y el resto dejo que lo imaginen”.
¿En el futuro en qué le gustaría concentrarse?
En esto -escritura- esta es mi cuarta obra publicada, es difícil, pero es lo que yo quiero hacer y lo que me hace feliz. Me estoy tratando de dedicar el 100% a la literatura, escribir y publicar y me gusta mucho ir a las ferias del libro y hablar con la gente. En principio no les digo que soy el autor, dejo que se enamoren de la historia, lo adquieren y después les digo, ‘te lo firmo’. También las hago de vendedor, pero eso es por necesidad (risas)”.
¿Esa forma de actuar es por su personalidad?
“Es que me gusta ese concepto humano, a veces uno iba a las feria y encontraba al autor sentado y bien petulante firmando libros. Y cuando era lector me pasó que el autor les colocaba en la dedicatoria a todos la misma frase. No había una personalización o una intención y dentro de su arrogancia él era superior a ti, pero siempre me sentí incómodo con eso. Por eso, que en mi caso hablo con las personas, comparto con ellos… Soy un tipo muy relajado”.
¿En la feria del libro de La Serena se ha sentido cómodo?
“Es una perspectiva distinta, fue bonito este experimento de hacerlas en abril, siempre es bueno experimentar algo nuevo, pero me gusta ver a un ente más propio de la ciudad y a su gente con su calma, además que hay muchas personas que esperan estas ferias para adquirir cosas específicas y que no tiene acceso a ellas, porque en la zona hay pocas librerías”.