Por:Miguel Ángel Sugo; Músico y Presidente de Fundación Aguaribay de San Juan – Argentina
Para explicar mi punto de vista de la importancia fundamental y decisiva para el desarrollo sólido y armónico de los pueblo, sugiero partir de una clara comprensión de las palabras integrar y cultura, Según el diccionario de la Real Academia Española.
INTEGRAR: Constituir un todo, o bien Completar un todo con las partes que faltaban, o también Hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo, o además Aunar, fusionar dos o más conceptos, corrientes -divergentes entre sí-, en una sola que las sintetice.
CULTURA: Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico, también significa Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. y entendiendo como cultura popular al Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.
Integración y Cultura
En base a lo anteriormente citado, no se debe considerar a la cultura un ornamento, sino la materia constitutiva esencial de nuestra identidad, porque no hay desarrollo posible sin la solidez que nos brinda la unión con la identidad nacional.
Según Rogelio Frigerio -intelectual argentino- nos legó la idea: “Sin Nación, sin la preservación de la particularidad y de la cultura nacional en la cual, el hombre puede reconocerse a sí mismo, si no hay una realización humana plena.
Puede haber una pequeña minoría de apátridas prósperos junto a la masa de explotados, pero ni éstos ni aquellos podrán realizarse cabalmente en esas condiciones”, o como nos dice Aristóteles: “Un régimen es tanto más sublime cuanto se ordena a un fin más alto”. Es por todo esto que una sociedad resulta ser una unidad de muchas mujeres y hombres, que interactúan recíprocamente, imbuidos de una intencionalidad intencional común, y con el fin moral que es el bien común. Esto es: un patrón de integración cultural.
En los procesos que llevan adelante naciones de Suramérica tales como: el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), y la Comunidad Sudamericana de Naciones (UNASUR), es necesario e imprescindible establecer prioridades de trabajo y adoptar un criterio práctico que permita avanzar concretamente en aquellas aéreas que logren un acercamiento entre los países sudamericanos, y es notable como el Mercosur, aún con sus crisis y desaciertos, ha logrado un mayor avance, poniendo mayor énfasis en la integración de tipo política, social, y -aunque no declamada- en lo cultural y educativo.
Se debe entender que un proceso de integración regional exitoso, es aquel que se adapta a las características particulares de sus sociedades, sus necesidades, sus expectativas, de sus instituciones e historia, y es aquí en donde la cultura constituye un elemento clave y potenciador de dicha integración. Cuando se busca integrar, nunca nos vamos a encontrar ante realidades iguales entre sí, sino que estaremos ante realidades diferentes con solamente algunos elementos en común, que las asemejan, y entonces se deberá reconocer los puntos en común de una identidad cultural compartida y heterogénea al mismo tiempo. Buscar la “unidad en la diversidad”,
Es por esto que beberíamos impulsar:
1- Un conocimiento y reconocimiento recíproco de nuestros pueblos, usando para esto las herramientas tales como: la enseñanza de nuestras historias y nuestras geografías, despegándonos de viejas disputas, usando un punto de vista objetivo y armonizador.
2- Conocer cabalmente y recíprocamente los detalles de nuestras culturas, costumbres y tradiciones.
3- Impulsar políticas culturales regionales con hechos de intercambio activo.
4- Impulsar muy activamente el intercambio estudiantil y social a través de planes conjuntos de turismo para la integración..
5- Intercambio de capacitaciones laborales en las áreas más desarrolladas de los respectivos países.
6- Intercambio y circulación real de los bienes y servicios culturales.
7- La alianza entre instituciones estatales y privadas para cooperar en la concreción de temas de interés común.
