Alejandra Rojas, jabonera de oficio. “Para mí por lo menos es importante tratar de ser lo más consecuente que se pueda”
La variedad de jabones que ofrece actualmente es variada, son a lo menos 14 tipos que son elaborados con leche de cabra mezclados con distintos aceites vegetales como oliva, coco y almendra. Emprendimiento familiar que se relaciona con el estilo de vida autosustentable que vive junto a su familia por ya 15 años.
A veces podemos hacer que nuestro proyecto de vida coincida con lo que hacemos para obtener ganancias, para ser consecuentes con lo que queremos lograr. A veces es solo querer vivir en un mundo mejor con la clara idea de que para eso suceda, debemos hacernos cargo de nuestras acciones y decisiones. Uno de esos testimonios de vida se dan en el tan apreciado, tanto nacional como internacionalmente, Valle del Elqui, donde vive Alejandra Rojas del Canto, antropóloga de profesión y jabonera de oficio, de pasión.
Todo partió por una necesidad personal, productos que no le hicieran daño a su piel, pues es muy alérgica, y en Santiago donde vivía, empezó a investigar cómo producirlos ella misma, primero para uso personal y familiar, luego regalos para familiares y amigos, hasta que surgió la idea de iniciar un emprendimiento que coincidió con su llegada al místico Valle del Elqui, así nació CAPRA, productos naturales de “autocuidado”, muy acorde al estilo de vida autosustentable que eligieron en familia. De esa creación ya han pasado 15 años.
Desde Santiago ella y su pareja Marcelo Heredia miraron hacia Vicuña, él había nacido en tierras elquinas, por lo que volver le sonaba bastante atractivo. Surgió la posibilidad de vivir a los pies del cerro Mamalluca, se vino solo primero y como es arquitecto, dedicado a la bioconstrucción y con formación en arte, comenzó a fabricar la que hoy es la casa que alberga al núcleo familiar compuesto por él y Alejandra, su hija Gala de 15 años y su hijo Román de 13. Cuentan con energía solar, energía eólica, biodigestor de gas metano, horno y secador solar. Su Hogar es una bioconstrucción permacultural, y poseen una huerta donde cultivan hortalizas y hierbas medicinales que usan en sus productos.
La variedad de jabones que ofrece actualmente es variada, son a lo menos 14 tipos que son elaborados con leche de cabra mezclados con distintos aceites vegetales como oliva, coco y almendra. Para pieles más sensibles son los de leche pura, hay también de leche con afrecho, leche con lavanda, con quínoa, con carbón, con cacao, con caléndula, con pétalos de rosas, avena y miel, ortiga, ruda, aloe vera, matico con aceite de árbol de té, que van en la línea clásica. “Nuestros jabones no tienen ningún tipo de colorantes ni fragancias artificiales, preparamos las bases nosotros mismos” dice Alejandra, a lo que agrega que hay que ser bastante meticulosos si se quiere un producto verdaderamente natural, pues “mucha gente que hace jabones compra bases prefabricadas. El problema es que esas bases que uno compra en droguerías o tiendas de insumo para hacer jabones u otros tipos, muchas están hechas en base a glicerina, que viene del petróleo, entonces son bases que están llenas de petroquímicos y parabenos. Los parabenos son los derivados del petróleo que se usan en la industria farmacéutica para que el producto dure más tiempo, para que tenga más aroma y para que tengan colores”, pero que lógicamente de naturales no tienen nada.
Otra de los productos que ofrece Capra son los exfoliantes, jabones envueltos en lana de oveja y otros con esponjas de luffa, esponjas que son vegetales. Además de los jabones ofrecen shampoos en barra de leche de cabra con el mismo formato de los jabones, pero que a diferencia de estos contienen aceite de jojoba, de coco y oliva, pero también manteca de karité, de cacao, aceite de almendras para pelo seco, para evitar la caída y fortalecer el crecimiento. También hay shampoos y bálsamos líquidos con bases de ph neutro sin colorantes y sin sal, y con mezclas de hierbas para pelo seco, graso, para fortificar y fortalecer el crecimiento del cabello. También de manzanilla, aloe vera y caléndula.
Esta misma línea de productos naturales acordes al medio ambiente también incluye jabones para afeitar en base a leche de cabra, con manteca de cacao y karité que son más hidratantes, y se presentan en un pote de aluminio, vienen con un isopo, un set de productos para estos fines. Y para clientes fieles además ofrecen dentífrico natural en base a limo que es un sedimento muy rico en vitaminas y minerales y distintas hierbas medicinales que son buenas para el esmalte de los dientes y para las encías sensibles, con hierbas como cola de caballo o canutillo y caléndula, y unas gotas de aceite esencial de menta o de árbol de té que son desinfectantes, también desodorante natural en base a aceite de coco. Una gama de productos libres de químicos y preparados con mucha dedicación.
Comercio justo
En la actualidad Alejandra ha retomado la antropología, aunque es una formación que nunca ha dejado, porque esta le ha permitido formar lazos con sus vecinos y con la gente que la rodea, y volver al campo intelectual con investigaciones en temáticas que le interesan en memoria y derechos humanos.
La forma de comercializar sus productos tiene relación con el comercio justo, donde el precio final no sea ni de más ni de menos, y algo muy esencial para su vida, trabajar con la comunidad porque dice, “yo creo que lo importante y lo que siempre ha sido importante para nosotros como Capra, es tratar de trabajar dentro de la comunidad, con nuestros vecinos y que la economía local se vea fortalecida, por eso trabajamos con los crianceros que son nuestros vecinos”. Pero la idea del comercio justo no la ve una estrategia de marketing sino como “una forma de hacer justicia y de trasparentar todo lo que tiene que ver con la comercialización, la producción, la distribución, que está presente en todas las etapas de la cosa económica, de una comercialización más transparente que tiene que ver con la colaboración más que con la competencia”.
Por lo mismo y sin ningún tipo de egoísmos realiza talleres a los mismos crianceros con la idea de que se expanda la fabricación de jabones naturales libres de químicos, y que sean una real herramienta de “autocuidado” porque como empresa familiar no están interesados en la industrialización del producto, “ojala que haya más gente que haga jabones para que se conozca nuestra región no solo como la región de los quesos de cabra, sino también de los jabones de leche de cabra».
Y a pesar de que antes tuvo puntos de venta variados, hoy la mejor forma de comercializarlos es a través de la página de Facebook de productos Capra, teléfono y whatsapp (+56 9 95987147), en el correo de productos Capra alerojas02@gmail.com. Pero también hay tiendas que ofrecen sus productos en el pueblo artesanal de Pisco Elqui en el local de Marisol Cornejo y en la tienda frutos del Elqui de Natalia Comparini que está a unos pasos de la plaza de este pueblo elquino. En Vicuña también se venden algunos productos en el taller de fabricación ubicado en Carrera #58, previa coordinación con sus clientes.
Educación para la vida
Otra de las aristas de este proyecto de vida autosustentable es la educación para la vida. Su hija mayor Gala y su hijo Román reciben educación en casa, y también han participado en diversos proyectos educativos alternativos con personas que andan en la misma búsqueda, así como los distintos talleres formativos que se ofrecen en la comuna de Vicuña. Una educación más libre porque señala, “yo siento que estamos viviendo en una época en que todo se mercantiliza, todo tiene un valor de mercado, un uso, somos todos usuarios, no hay personas, no hay pueblo, sino que todos somos como clientes, entonces esa mercantilización de la vida a mí no me gusta y yo creo que si hay algo que nos une como pareja con Marcelo es eso, nuestras ganas de vivir en un mundo mejor, yo creo que son ideales que he tenido hace muchos años y creo que para mí por lo menos es importante tratar de ser lo más consecuente que se pueda, y tratar de defender por ejemplo el territorio de amenazas como los agrotóxicos, la minería, el paso Aguas Negras, no por una moda, sino porque son temáticas que nos afectan y que hay que defender y puede ser que los otros tengan mucho más poder que una, mucho más dinero y que mucha gente diga que es como una pelea perdida, pero por lo menos yo la voy a dar. Voy a poder decirle a mi niña y a mi niño que yo por lo menos intenté hacer algo” dice categórica.
Actualmente Alejandra junto a su hija Gala y su hijo Román realizan un viaje por el sudeste asiático, por Tailandia, de visita en la casa de su hermana y también un viaje educativo que sin duda les ayudará mucho en esta educación personalizada, identitaria, de conocimiento de otras culturas, otros códigos, de una mayor diversidad y hasta el momento es un proyecto que en palabras de Alejandra les ha funcionado porque ha sido consensuado. “Nuestro núcleo familiar yo creo que está conformado desde el cariño, desde el respeto hacia el otro, del escuchar y aceptar al otro, yo creo que es eso, aceptar, de respetarnos mutuamente, porque hay muchas cosas en la que no estamos de acuerdo siempre, ya sea con Gala o Román, o yo con Marcelo, pero sí logramos llegar a un tipo de consenso, y de seguir adelante como familia. Como hemos optado por la educación en casa, vamos evaluando año a año cómo seguir adelante”.