Hoy, en el Día de la Educación Rural, rendimos homenaje no solo a las y los docentes que día a día transforman la vida de niños y niñas en los rincones más apartados de nuestra comuna, sino también al legado de una mujer que entendió profundamente el alma de la educación: Gabriela Mistral.
En el aniversario de su nacimiento, recordamos su incansable labor como maestra rural, su compromiso con la justicia social y su convicción de que la educación es la herramienta más poderosa para dignificar al ser humano. Su poesía y su obra pedagógica nos siguen inspirando a construir una educación con raíces profundas en la tierra y en la comunidad.
Porque la educación rural no es solo un desafío: es también una promesa de futuro, una forma de cuidar nuestras culturas, nuestra identidad y nuestros territorios.
Que el espíritu de Gabriela Mistral siga guiando nuestros pasos hacia una educación más equitativa, humana y transformadora.
