Por: Paulina Montalba Muñoz, Nutricionista y Dietista, Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Se inicia el verano, época en la que comenzamos a preocuparnos de aquel “rollito” que ha molestado todo el año, razón por la cual muchos recurren a dietas extremas y restrictivas para perder rápidamente aquellos kilos de los cuales no se preocuparon antes.
Seguramente has escuchado hablar de la dieta de la sandía, del melón, de la manzana y un sinfín de nombres. A este tipo de dietas, se les conoce como “dietas milagrosas” que prometen que se logre perder muchos kilos de peso en poco tiempo.
Pero ¿Cuál es el problema? Este tipo de dietas son muy restrictivas, ya que, se come por ejemplo sandía al desayuno, almuerzo, once y cena, y así por mínimo una semana. De esta forma nos sometemos a un déficit de nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y lo que es más frustrante aún, rápidamente se recuperan los kilos perdidos, ya que, la pérdida de peso se debe sobre todo a líquido en lugar de grasa, y al momento de volver a comer de forma habitual el cuerpo asimila mucho más rápido todo aquello que le ha sido privado.
Entonces ¿Qué debemos hacer para bajar de peso? En primer lugar, cambiar nuestros hábitos alimentarios, tener una alimentación variada; aumentar el consumo de frutas, verduras, lácteos descremados, pescados, mariscos y por supuesto el consumo de agua; y por otro lado evitar el consumo de alimentos altos en grasa como embutidos, vísceras, mantequilla, azúcares, alimentos hipercalóricos como bebidas gaseosas, productos de pastelería, snack, entre otros, preferir siempre preparaciones al horno, al vapor, a la plancha o en agua.
Y en segundo lugar, ordenar los horarios de alimentación, es decir, comer aproximadamente cada 4 horas las comidas principales: desayuno, almuerzo, once y cena, e incorporar colaciones saludables. Es muy importante, no saltarse las comidas y respetar los horarios. De esta manera, comiendo varias veces al día y en pequeñas cantidades, acompañado del consumo diario de abundante agua y actividad física se aumentará el metabolismo, logrando disminuir los indeseados kilitos de más sin tener un efecto rebote.
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