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El arte de reinventarse: Cuánto ganas cuando pierdes

Por: Verónica Carmona Aldunate, Periodista; Diplomada en Dirección de Comunicaciones y Marketing Estratégico

Cultural y sociológicamente, el fracaso es muchas veces entendido como algo negativo, como una caída. Se nos ha formado desde la escolaridad bajo un prisma de competencia, donde quien fracasa; pierde. Pero haciendo una total rebeldía en contra de ese paradigma social, apuesto por tomar el fracaso como un proceso incluso necesario para crecer, para descubrir o redescubrir ventajas competitivas, nuevas habilidades y voluntades que no se mostrarían en un contexto exitoso.

No es que nos acostumbremos a fracasar, ni tener una visión conformista o mediocre frente a una meta no resuelta; sino que aquella caída que tantas veces tememos, podamos enfrentarla como un aprendizaje y una oportunidad de reinvención.

Reinventarse es volver a creer en tu meta, sueño o idea sea la que exista en tu mente; el arte de reinventar es levantar ese anhelo y volverlo a embellecer con la capacidad creativa tan necesaria y que resulta ser el gran salvavida de esa tormenta. Y es que la necesidad genera muchas veces la solución; porque nunca se valoró tanto la existencia de un flotador, como cuando no se sabe nadar.

En el caso de las pymes, quienes se atreven a emprender deben aceptar el fracaso como parte normal del proceso. Desarrollar una idea de negocio no es sólo contar con la inversión y la idea previamente evaluada en un mercado supuestamente atractivo, sino que es contar con la capacidad flexible de la variabilidad de ese mercado en necesidades, tendencias y variaciones que incluso pueden darle un giro significativo al emprendimiento inicial.

Un emprendedor debe tener el fracaso como una oportunidad, donde comprender la innovación es clave, pero también la clara sincronía con el consumidor potencial de su producto o servicio tan diversificado como el número de personas que existen.

Asimismo, generar promoción a su idea; es también soltar el vuelo en esa capacidad creativa para agregarle valor a su negocio. Lo que no se promociona; no existe, pero también el acto comunicacional de difundir con una visión estratégica su emprendimiento permite estudiar las necesidades de su mercado y pensar en aquella psicología del consumidor que apunta a su necesidad real y que cubra su producto o servicio.

En términos de promoción, también es importante mencionar los recursos eficientes para aquello. En la actualidad no es necesario que incurra en gastos excesivos, ya que promocionar en el presente es contar con la astucia de saber utilizar redes sociales, plataformas digitales  e instancias de sociabilizar contando con un mensaje diferenciador, utilizando principalmente la estética de una imagen o gráfica como recurso fundamental.

Menos palabras y más imagen podría resumir la tendencia de estos tiempos en materia promocional. Impacte con innovación; pero no tratando de descubrir la pólvora en esta materia; sino que pensando como su público cautivo. Un buen vendedor piensa como consumidor y a su vez toma el timón con más fuerza en aquella tormenta que puede derivarlo a nuevos rumbos. Hoy puede ser la oportunidad.

 

 

 

 

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