El mejor regalo
Por: Patricia Salinas Morán, Mediadora Familiar
Sin duda a todos nos gusta recibir un regalo, es una ocasión generalmente de encuentros, de afectos que nos retrotraen a nuestra infancia cuando esperábamos en determinadas fechas como cumpleaños y navidades nuestros regalos y se nos hacía muy largo el tiempo que a veces debíamos esperar por ellos. Por fin llegaba el momento y el misterio se develaba y conocíamos el contenido de nuestros regalos, que abríamos con mucho cuidado para no romper el papel, cintas ni las hermosas tarjetitas que lo acompañaban.
Hace muy poco recibí el mejor de los regalos de mis hijos, un lindo viaje con 2 de mis hijas que nos permitiría detener un poco el tiempo que nos mantiene alejadas y tan ocupadas en inútiles esfuerzos que hacen importantes asuntos que no lo son y dedicarnos a lo realmente importante en este caso disfrutar en familia Este regalo tenía como contenido mucho amor y sobre todo tiempo de calidad para compartir con mis hijas, ayer niñas hoy mujeres profesionales e independientes, que viven lejos de casa y a quienes siempre veré como mis pequeñas niñas, que crecieron demasiado rápido y siento que me faltó tiempo para disfrutarlas como ellas se lo merecen.
Quien puede restarse ante este llamado a la felicidad y ante el me llene de luces, alegría y juventud y como la niña que siempre está en mi me dispuse a disfrutar la vida, algo que nunca me ha costado. Se pensó y se hizo; se organizó el viaje y en un dos por tres ya estábamos instaladas en nuestro lugar de destinos dispuestas a pasarlo bien, dejando atrás nuestras rutinas diarias y sobre todo nuestras obligadas distancias.
Recorrimos esos lugares de la mano, abrazadas, riéndonos, recordando anécdotas pasadas y viviendo cada momento a plenitud, agradeciendo estos momentos, conscientes que no fue más ni menos que un pretexto más encontrado para vernos, compartir y disfrutar juntas , sabiendo lo bien que lo pasamos juntas.
Los días pasaron volando, los disfrutamos plenamente, quedaron los chascarros, las anécdotas, las fotos, y sobre todo los abrazos y besos que nos entregamos libremente y a cada momento. Sin duda recibí “El mejor regalo”.