El Silencio de la Mujeres
Por: Patricia Salinas Morán, Mediadora Familiar
La vida de las mujeres, se caracteriza por la sobrecarga de responsabilidades, las dobles jornadas de trabajo, la violencia, el no respeto de nuestros derechos, el poco tiempo para nosotras. La falta de información que nos afecta tiene que ver con el estar socializadas por y para el cuidado de otros (parejas, hijos, nietos, padres etc.). Esto termina por hacernos sentir con una sensación de malestar e infelicidad, que repercute en nuestras vidas y en nuestra relación con los demás.
Es así con afloran enfermedades y emociones que afectan nuestra salud Mental, tales como Stress, Depresión, angustia, rabias, culpas, Inseguridades etc., las que muchas veces no damos a conocer a las personas con las que nos relacionamos, ya que sentimos que no nos va a entender y nos van a tildar de “histéricas”, “neuróticas” y otros apelativos que lejos de ayudarnos nos harán más infelices aun de lo que ya nos sentimos. No olvidemos que las mujeres estamos socializadas para estar bien, atender a otros, funcionar permanentemente sin reclamar demasiado ya que eso de alguna manera rompe el orden social, donde las mujeres somos catalogadas de , Reinas del Hogar y Mujer Madres sacrificadas por otros y en eso debemos centrar nuestra felicidad en otros no en nosotros.
Esto puede parecer exagerado ´para algunas personas, pero sin duda representa una realidad que hemos vivido en silencio las mujeres, donde un número importante de ellas asiste a consultorios y centros de Salud por ayuda en su salud mental; debido a sufrir violencia al interior de la familia, por abusos laborales, por sobrecarga de tareas diarias y por diversas discriminaciones que nos afectan y que nos estresan y deprimen. No olvidemos que es un derecho Humano y de las Humanas ser feliz, es decir sentirnos contentas, conformes y satisfechas con nosotras mismas y con la vida.
Para cuidar de nuestra salud en forma integral y sentirnos bien con nosotras y con los demás es importante respetar nuestras necesidades y deseos, conocer nuestros derechos, hacer respetar los espacios propios, cuidando y valorando el tiempo propio. Hay que aprender a expresar las emociones y sentimientos, actuando de acuerdo a lo que siento y pienso y sin duda valorar nuestro trabajo, crear condiciones para descansar y recrearse y no postergarse.
Las mujeres nos cuesta valorarnos, muchas veces somos inseguras con nosotras mismas, no contamos con información suficiente para decidir libremente nuestras vidas, no pedimos ni exigimos nuestros derechos, postergamos nuestros, proyectos y necesidades en beneficio de otros y en reiteradas ocasiones vivimos muy aisladas, no participamos en organizaciones y nuestras redes son escasas y con ello potenciamos nuestros malestares.
Es un derecho de todas las mujeres buscar la felicidad, dándose permiso para gozar la vida plenamente y para ello es necesario ser asertivas; es decir hacer y expresar lo que cada una quiere, sin dañar a otros/as; para ello se necesita reconocer, validar y respetar las propias emociones y sentimientos, dándose el permiso de expresarlos libremente y terminar con EL SILENCIO DE LAS MUJERES.