Inscripción automática y voto voluntario
Por: Cristián Pérez Trujillo, Periodista
Desde inicios de la década de los 90’, una vez que se comenzó con la democracia en nuestro país, diversas instituciones y actores del sistema político estuvieron reflexionado en torno a la baja participación política de la población juvenil, y en particular con respecto al bajo nivel de inscripción en los registros electorales de las personas jóvenes que están en edad de votar, sin embargo no se evidenció cambios sustanciales. La situación continúo tal cual.
Muchas preguntas nacieron al respecto de esta situación y la clase política buscó miles de explicaciones, lo cual radicó en dos perspectivas claras. Por un lado, la más superficial, aquella que imputaba la no inscripción a las dificultades burocráticas, y por otro lado, que es la más aceptable, a que se trataría de la apatía de los jóvenes hacia un sist
ema político decadente.
En este contexto, la reciente reforma fortalece una democracia más legítima, y más participativa, ya que se abre las posibilidades que aumente las probabilidades de la disposición de los jóvenes a votar.
Ahora bien, ¿cuál es el desafío que se genera para el sistema político? Se deben construir nuevas estrategias donde se cree conciencia cívica e involucre el entramado de subjetividades de los y las jóvenes. En este sentido, resulta oportuno que el sistema los considere como sujetos activos en la formulación de las políticas públicas y no como mero objeto de preocupación.
El primer desafío de este nuevo proceso será el 28 de octubre de 2012, cuando se realice por primera vez este nuevo sistema, y luego de muchas manifestaciones de jóvenes a nivel nacional, veremos el verdadero sentido cívico de esta nueva fuerza política: Los Jóvenes de Chile.