Investigación científica y soluciones concretas para adaptarnos a la escasez hídrica

Por: Claudio Vásquez, gerente corporativo del Centro Científico CEAZA
Para nadie es novedad que la Región de Coquimbo ha enfrentado un prolongado periodo de escasez hídrica, afectando gravemente a distintos sectores productivos y a la población. Esta situación ha obligado a las autoridades a tomar decisiones drásticas para gestionar la crisis y mitigar sus impactos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, la realidad sigue siendo preocupante.
Desde el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), hemos mantenido un constante trabajo de investigación para generar conocimiento sobre el estado actual del agua: de los embalses, la cobertura de nieve y las precipitaciones. Seguiremos desarrollando estudios que permitan proyectar la situación hídrica local, pero somos conscientes de que esto no es suficiente.
Durante años, hemos estudiado nuestro territorio desde diversas áreas, como la glaciología, la hidrogeología, la meteorología, la climatología y la planificación territorial. Estas investigaciones han sido fundamentales para comprender el proceso de aridización que enfrenta la Región. Sin embargo, más allá de diagnosticar la problemática, es crucial generar soluciones efectivas.
En este contexto, a través de diversos proyectos e iniciativas, hemos apostado por la implementación de tecnologías enfocadas en la eficiencia hídrica. Y a partir de este año, profundizaremos en soluciones que no sólo permitan una mejor gestión del recurso, sino que también sean resilientes al cambio climático y la creciente aridización.
A las puertas del otoño de 2025, el promedio de agua embalsada respecto a su capacidad total en la provincia de Elqui promedia un 18,6 %; en Limarí un 11,3% y en Choapa un 88,2%. Los datos reflejan que la escasez hídrica persiste, a pesar de que la mayoría de las estaciones meteorológicas de CEAZA registraron un superávit de precipitaciones durante el año 2024.
En el Día del Agua, como centro científico queremos decir que la evidencia es clara: nuestros glaciares están en retroceso, los embalses se encuentran en una situación crítica y el desafío hídrico es cada vez mayor. No podemos postergar las acciones necesarias para lograr una gestión eficiente del agua. Es momento de actuar ahora, con estrategias concretas y sustentables.