La dignidad de la política frente a los fantasmas del pasado
Por: Sebastián Orellana Zamorano; Director Regional INJUV
Hace ya casi un par de décadas, el Índice de Desarrollo Humano generado por el Plan de Desarrollo para las Naciones Unidas PNUD, planteaba en sus investigaciones una de las tesis fundamental para comprender el Chile post dictatorial de acuerdo a las paradojas que generaba el desarrollo económico.
Esto porque el crecimiento económico no se estaba redistribuyendo ni mucho menos orientado al bienestar de todas y todos, dado que las prioridades estaban puestas en otras materias, creando de este modo el contraste entre los índices macroeconómicos y la vulneración de derechos fundamentales que vivían los ciudadanos de nuestro país.
A pesar de que esta realidad se acentuaba por la escases de participación y articulación social, esta cuestión poco a poco comenzaría a revertirse a partir de un proceso de acumulación de fuerzas desde el mundo social en torno a la necesidad de reivindicar múltiples derechos sociales, muchos de los cuales se vuelven los objetivos que dan forma al actual Programa de Gobierno que encabeza la Presidenta Michelle Bachelet y que busca avanzar en una camino que garantice algunos de esos anhelos y demandas sociales.
Indudablemente hasta al momento se ido consolidado varios avances en las reformas señaladas en el programa de gobierno como la reforma al sistema electoral, la reforma educacional, la reforma tributaria, entre otras.
Pero desde hace algunas semanas se ha instalado un clima de incertidumbre en el debate público frente a la materialización de muchas de las transformaciones pendientes y que están señaladas en el Programa de Gobierno, cuestión que trae a la memoria algunos fantasmas que la movilización social había logrado enterrar.
Estos climas de incertidumbre frente a las transformaciones que han propuesto sólo incrementan las distancias que existen entre “los políticos” y las demandas de los ciudadanos, especialmente frente a los jóvenes, quienes fueron los impulsores de muchos de los debates que hoy se traducen en el programa de gobierno. Es por ello que volver a las prioridades del pasado sólo contribuye a incrementar el rechazo y la desconfianza hacia las autoridades políticas, sobre todo cuando su legitimidad y representatividad esta en tela de juicio por los diferentes casos de faltas a la probidad.
Hoy más que nunca es necesario trabajar de cara a toda la ciudadanía que instaló los cambios que hoy están reflejados en el Programa de Gobierno, siendo también una oportunidad para dignificar la política en un contexto de fuertes cuestionamientos. Por lo mismo cumplir con las reformas significa reafirmar el compromiso del servicio público con los habitantes de su país, compromiso que desde el INJUV Región Coquimbo seguirá vigente por las transformaciones que contribuyan a consagrar los derechos de todas y todos los jóvenes de nuestra región y del país.