Leslie Azócar Poblete deja dirección del Museo Gabriela Mistral de Vicuña cerrando capítulo de innovación y crecimiento
Bajo la dirección de Leslie Azócar, el Museo Gabriela Mistral de Vicuña vivió una transformación integral, con un trabajo serio y comprometido en colecciones, la llegada de nuevos integrantes a su equipo, la premiada ‘Huerta Mistraliana’, y la inclusión del Retrato de Gabriela Mistral de Laura Rodig en la Bienal de Venecia, entre otras gestiones.
Tras casi seis años de destacada labor, Leslie Azócar Poblete deja la dirección del Museo Gabriela Mistral de Vicuña, marcando el fin de una etapa que ha sido sinónimo de resiliencia, creatividad y profunda conexión con el legado de Gabriela Mistral. Azócar asumió la dirección en diciembre de 2018, y desde entonces su gestión ha estado marcada por la capacidad de adaptación a contextos adversos y la implementación de proyectos visionarios que ayudaron a posicionar al museo a nivel nacional e internacional.
Durante su tiempo en la dirección, Leslie Azócar debió enfrentar situaciones excepcionales, como el estallido social de 2019 y la pandemia de COVID-19, dos eventos que transformaron profundamente la operación cultural en Chile. En este escenario, el Museo Gabriela Mistral supo reinventarse bajo su liderazgo, migrando de una atención presencial a una oferta virtual y luego a un modelo híbrido que permitió mantener una relación fluida con el público, tanto local como internacional.
En este contexto, el museo fue parte de una serie de publicaciones y proyectos que lo conectaron con diversas instituciones de renombre. Ejemplo de ello es el artículo «Los Museos y sus Públicos en Tiempos de Transformaciones Sociales», publicado por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en 2021, donde se exploró la poética del visitante en tiempos de pandemia, coescrito por Azócar junto a parte del equipo del museo.
Uno de los legados más destacados de la gestión de Leslie Azócar es el desarrollo del “Jardín Poético”, una revitalización del concepto de huerta parque que constaba en el guión de 2010 del museo: un espacio donde la naturaleza y la poesía de Gabriela Mistral convergen para ofrecer experiencias formativas y culturales a la comunidad. Este espacio fue clave para la implementación de la “Huerta Mistraliana”, proyecto ganador del 10° Concurso Ibermuseos de Educación, que ofreció a mujeres jefas de hogar de Vicuña un programa educativo en horticultura orgánica y terapia hortícola. A través de esta iniciativa, se buscó no solo fortalecer la autonomía económica de las participantes, sino también contribuir a su bienestar emocional, integrando competencias de ecología emocional y desarrollo de emprendimientos colaborativos.
Proyección internacional del museo y su patrimonio
Otro hito significativo bajo la dirección de Azócar fue la inclusión del «Retrato de Gabriela Mistral» de Laura Rodig en la 60ª Bienal de Venecia. Esta obra, redescubierta gracias a la exposición «Laura Rodig: Obras para Gabriela», fue restaurada y enviada a uno de los eventos de arte contemporáneo más importantes del mundo, marcando un momento histórico tanto para el museo como para la región de Coquimbo. Esta fue la primera vez que un museo regional chileno era representado en una plataforma de tal magnitud.
Este logro se enmarca dentro de un trabajo constante de puesta en valor de la colección mistraliana del museo, que durante la gestión de Azócar no solo fue abierta a estudiosos y académicos, sino que también alcanzó proyección internacional en plataformas como la revista «Museum International» del ICOM, con el artículo «From an Onsite to an Online Experience: The Case of the Museo Gabriela Mistral de Vicuña», coescrito por Azócar y el equipo del museo.
Renovación del museo y su equipo
Además de la ejecución de proyectos emblemáticos, Leslie Azócar también lideró una modernización integral de la infraestructura y el equipo del museo. Durante su gestión, se concretó la creación de la primera tienda del museo, un espacio dedicado a ofrecer obras mistralianas, estudios sobre la vida y obra de la poeta, y una variada gama de recuerdos para los visitantes.
A nivel interno, Azócar amplió el equipo profesional del museo, permitiendo una mayor especialización en la gestión patrimonial. Además, supervisó la readecuación de espacios que anteriormente estaban en desuso, como la instalación de nuevas oficinas administrativas en áreas deterioradas de la antigua cafetería, creando así un entorno de trabajo más eficiente y acorde a las necesidades de un museo moderno. Bajo el liderazgo de Leslie Azócar Poblete, el museo no solo resistió los desafíos de su tiempo, sino que emergió fortalecido, con una proyección que va más allá de las fronteras regionales y nacionales.