Los desafíos en infraestructura
Por: Martín Bruna Valiente; Presidente CChC La Serena
Chile ha tenido un notable desarrollo en los últimos años. Prueba de ello es que todos los niveles de comparación se han dirigido hacia estándares más altos y se ha pasado a formar parte del selecto grupo de 34 países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), una de las entidades más respetadas a nivel mundial. No obstante, el estar entre los mejores nos lleva a enfrentar desafíos mayores.
Ante ello, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) entrega periódicamente un material de consulta sobre el estado de la infraestructura en el país y que este año se denominó «Infraestructura Crítica para el Desarrollo: Bases para un Chile Sostenible 2016 – 2025». En él se plantea un déficit de más de US$151 mil millones. La importancia de cubrir esa brecha es que se lograría un crecimiento económico anual de 6%, cifra muy superior a las estimaciones que han hecho nuestras autoridades y que no superan el 2%.
Pero, ¿qué buscamos con el desarrollo de infraestructura? Lejos de hacer obras por obras para cumplir una meta específicas, en ese libro de 400 páginas imprimimos un sello regional que dé cuenta de las necesidades con las que cuenta el territorio. Es así como establecimos tres ámbitos: La infraestructura que nos sostiene: Basal; la infraestructura que nos conecta: Apoyo logístico; y la infraestructura que nos involucra: De uso social.
La infraestructura basal se relaciona con los recursos hídricos y cómo el gremio apuesta por el agua como bien esencial para el desarrollo productivo. Es así como apoyamos la creación de embalses y sistemas de captación para solventar el consumo humano y los distintos rubros locales, ya sean mineros, agrícolas, construcción, turismo y otros. La energía es clave, asumiendo el fortalecimiento que debe tener la matriz nacional para darle seguridad al país y bajar los costos que son de los más altos de América Latina.
En cuanto a la infraestructura que nos conecta, la vialidad urbana es parte prioritaria. A nivel de conurbación tenemos un déficit de US$133 millones debiendo solucionar problemas de conectividad con nuevos pasos sobrenivel en La Herradura y Sindempart. Asimismo, tenemos una oportunidad a través de la mejora de vías alternativas a la Ruta 5 Norte como Pedro Pablo Muñoz – El Santo – Las Garzas; el ya iniciado Eje Cisternas – Las Torres, además de obras como la doble vía de Avenida Cuatro Esquinas. No podemos olvidar la disposición de un tranvía que agilice el desplazamiento en la conurbación y un ferrocarril que conecte la fuerza productiva -principalmente minera y agrícola- de las provincias de Limarí y Choapa con un gran puerto en La Higuera.
Finalmente la infraestructura de uso social nos conecta directamente con las necesidades de la gente. Es allí donde resulta esencial generar nuevos espacios públicos ante la llegada de 10 mil nuevos vecinos cada año a La Serena y Coquimbo. Asimismo, concretar la construcción de un hospital de alta complejidad teniendo en cuenta el número de habitantes y el envejecimiento de la población. De esa manera nos acoplaremos a un despegue sostenible que conecte lo productivo con lo social.
Hoy es momento de acotar estas prioridades para no perder competitividad ni calidad de vida. El tiempo pasa muy rápido y no debemos quedarnos de brazos cruzados, pues el desarrollo generalmente no llega solo, por lo que nos ponemos a disposición de las autoridades para trabajar en ello, ya que Construir Chile es Obra de Todos.