Por: Luciano Rojas
Malvada droga, vil seductora
del ego romántico del joven
cuántos sueños e ilusiones robas
corroe su alma tu letal veneno
truncas la esperanza de su porvenir
dejando su vida como en cuerpo ajeno
Rechinar de prisiones grises
solapada en la orilla de la noche
rompes los delgados hilos de la alegría
del niño puro, de ingenuo corazón
cual brutal cornada de una bestia
borras sin piedad su estima y su candor
Grano de arena este mensaje al mundo
llanto impotente de madres que gimen
voz entrecortada por la arteria del dolor
afrenta, pobreza, violencia y crimen
primavera triste, de aroma olvidada
capullo en flor perdiendo su color
Por decirlo todo, me abruma la prisa
son pasos siguilosos que escucho en un rincón
como gemelos se unen niebla y prisa
¡ Tú ! ¿ qué haces? impávido mundo
mientras los labios inocentes de los niños
van perdiendo lentamente su sonrisa
Fotografía: Pablo Cortes Rivera
